La periodista de natación, profesora y directora de Dip Advisor ; un negocio de natación que ayuda a las personas a disfrutar del agua salvaje, Ella Foote explica lo que significa la natación en la naturaleza para ella, junto con sus pensamientos sobre el impacto que puede tener en el bienestar mental.

El término "natación salvaje" se ha vuelto polémico en los últimos años, con muchos nadadores al aire libre que intentan convencer a todos para que se sumerjan: el agua es encantadora, ¿no lo sabes? Si bien algunos pueden llamarlo simplemente "natación", describir la natación como "salvaje" demuestra que es más que un viaje a las albercas cubiertas.
 

"Natación salvaje o natación en la naturaleza" es diferente a solo nadar. Proporciona una experiencia sensorial que evoca sentimientos de magia y despierta asombro. Como cualquier ejercicio, la natación es física y mentalmente beneficiosa. Utiliza todos los músculos de tu cuerpo, aumenta la frecuencia cardíaca y puede ponerlo en un estado meditativo que es útil para liberar el estrés. Bajo impacto, es bueno para personas de cualquier edad. Respirar aire fresco, luz natural y relacionarse con la naturaleza son algunas de las cualidades probadas científicamente que son benéficas para nuestro bienestar general: nadar al aire libre es darle un impulso a la natación.

Nadar te hace detenerte y concentrarte en tu respiración, cuerpo y mente como un baño fresco, forzándote a estar en el momento presente. Quedan atrás los pensamientos y sentimientos negativos, en su lugar están los pensamientos de fuerza, determinación y emoción.

Si no has dado el paso, podrías preguntarte, ¿hace frío? Bueno, sí, hace frío, pero más allá del frío hay una sensación dulce que puede permanecer contigo todo el día. Esa incomodidad inicial cuando la sangre corre por tu cuerpo y hace que tu piel se erice pasará y al otro lado de esas sensaciones está la alegría. Es esta euforia la que persiguen los nadadores salvajes. Una vez en el agua y en las profundidades, tus ojos están al nivel de la tierra y el agua se extiende frente a ti. Recuerdas lo salvaje, el tamaño del paisaje y lo pequeños que somos en el mundo.

A pesar de nadar en aguas salvajes toda mi vida, todavía puedo olvidar lo bien que se puede sentir al salir de las profundidades, replantar mis pies y regresar a la tierra. Nada mejora más mi estado de ánimo y sentido de fuerza como un baño en aguas abiertas. El ritual de la misma. La alegría infantil de descubrir un nuevo lugar para nadar o el estómago lleno del miedo que se siente al lanzarte a temperaturas heladas, no puedes vencerlo, así que ¿por qué no saltar también?